Manteniendo la costumbre de un papel al que enfrentarme
En un tosco mundo, en mi mundo, de verdades
Miré para fuera, por el cuello de la botella
Manteniendo la elegancia o eso que dios quiera.
Pausé mis minutos en la primavera,
La de más de mil años, que me muera.
Donde creía que vivir era para siempre
Mientras escribiera y soñara suficiente.
Zarandeé cada rincón de mi cabeza
En un amago de templanza, talante y soberbia
Y no encontré más verdad en la vereda
Que la de un hombre que amaba, compañera.
En su más simple gesto
En su mirada más esquiva
En el más lejano de sus sueños
La ama, donde quiera.
A.
P.D. Por todas aquellas veces que no lo he dicho, lo he ocultado o lo he mentido. Por todas aquellas cosas que he evitado. Por lo que no he escrito aun sintiéndolo en lo más profundo.
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